lunes, 12 de octubre de 2020

Playa, Oro y Historia.

Faro de La Polacra, data del siglo XVIII y con sus 280 metros sobre el nivel del mar tiene el orgullo de ser el faro más alto de España
Hoy toca desplazarse en coche hasta las Negras (las Negras recibe este nombre del monte que está a la izquierda del pueblo, El Cerro Negro, una gran masa de material volcánico de color oscuro, que por efecto de la erosión ha esparcido sobre el mar y las playas del pueblo piedras negras que llenan las orillas de este color) así que cuando la oscuridad aun esta presente cargo la bici en el coche y en camino hasta este bonito pueblo. 
  Cuenta la leyenda que el pueblo de las Negras se fundó tras una tragedia: Los hombres de la cercana población de San Pedro se hicieron una mala noche a la mar y nunca más volvieron. Las mujeres, ahora viudas dedicadas más a la agricultura, vieron la necesidad de acercarse al resto de pueblos para subsistir. El nombre del nuevo asentamiento quedó condicionado por lo particular de sus fundadoras vestidas de negro por el luto. En su origen el pueblo apenas contaba con diez casitas blancas muy cercanas al mar. Pero es sólo eso, una leyenda.
A pesar del crecimiento urbanístico, Las Negras mantiene el sabor del pueblo que fue. Un pueblo orientado al mar y elegido como destino por muchos amantes del Parque Natural de Cabo de Gata Níjar. Oferta al turismo ambiente propio, muy buenos hoteles así como apartamentos y casas de vacaciones con impresionantes vistas sobre el Mediterráneo y un paisaje invadido por el emblemático Cerro Negro.
Inicio mi recorrido junto a la playa viendo como el sol comienza a extender su resplandor sobre las aguas, mientras yo voy ascendiendo para pasar por detrás del cerro negro camino de la cala San Pedro (allí se encuentra también La fortaleza de San Pedro de Las Negras, de final del siglo XVI o principios del XVII, construyéndole a una vieja torre Nazarí un reducto rectangular con una batería de veintiséis metros.
Berrio y Machuca proyectaron en el 1575 esta construcción, para obstaculizar que los piratas berberiscos hiciesen la aguada en el pozo del Chavalí. La guarnición se componía de doce soldados, en el 1656 solo había siete. Tenía dos piezas de bronce de una y dos libras de calibre, y ocho mosquetes; se necesitaban balas para los cañones y los mosquetes, pólvora y cuerda. Torre y reducto necesitaban reparos (según el visitador de ese año). El 12 de enero de 1658 la derribó un terremoto. La fortaleza fue construida en al menos tres etapas secularmente distintas, e incluso cuatro si añadimos la adición de los pretiles para la defensa de su flanco de tierra.
Los sucesivos terremotos del siglo XVII, en 1614, 1658 -el más fuerte- y 1680 la dejan seriamente dañada. Si bien se reconstruye y dota con armamento a finales del XVII, será en el siglo XVIII cuando, a raíz de los ataques de barcos ingleses y franceses, la fortaleza se reconstruya y amplíe, dándole su fisonomía actual. Las obras se ejecutaron entre 1767 y 1772. En el XIX, la fortaleza queda sin artillería, y más tarde fue restaurado). Primero por pista y luego por el estrecho sendero me aproximo hasta casi tocar el castillo, siendo este ultimo tramo no ciclable. Las vistas de la cala como de todo el entorno merecen la pena y tanto a la ida como a la vuelta hay muchos detalles en los que fijarse.
Paso por detrás del pueblo viendo los carteles de la ruta pirata por la que transitaremos en tramos de nuestro recorrido. La Ruta de los Piratas se inicia en Los Escullos, frente al Castillo de San Felipe, aquí, a parte de visitar esta fortaleza restaurada, podemos contemplar la fantástica duna fósil y unas de las zonas con el agua más transparente de Cabo de Gata.
La siguiente parada es La Isleta del Moro, pueblo pesquero que recibe el nombre por los continuas ocupaciones que realizaron los piratas berberiscos de esta aldea, pueblo tranquilo donde degustar el magnífico pescado de la zona. En este pueblo sigue celebrándose cada año "El desembarco Pirata" una fiesta lúdica donde mayores y pequeños se disfrazan para recrear las escaramuzas que protagonizaron piratas y soldados.
Siguiendo la carretera ALP-826 dirección Rodalquilar nos encontramos el Mirador de la Amatista, un balcón donde observar los acantilados del Parque Natural.
Una vez llegados a Rodalquilar podemos pasear por este tranquilo pueblo que es la sede administrativa del Parque Natural Cabo de Gata, y con una tradición minera que se remonta a la edad media, y cuyos recursos eran muy codiciados por los piratas. Saliendo del pueblo dirección a las Negras , hay un desvío hacia la playa de El Playazo, esta pista de tierra pasa al lado de la fortaleza más antigua de Cabo de Gata, La Torre de las Alumbres, esta torre, situada a medio camino entre el pueblo y la playa donde embarcaban el mineral, servía para almacenar la Alumbre de los ataques piratas. En el Playazo podemos ver el magnífico Castillo de San Ramón, que construido sobre la roca se adentra en el mar.
El pueblo de Las Negras es el último núcleo urbano de la Ruta de los Piratas, este pueblo fue refugio seguro para berberiscos hasta que se construyó la batería de torres vigía de la costa de Cabo de Gata. El último tramo que nos lleva hasta la Cala de San Pedro debe hacerse andando o en bici, en esta cala se construyó un castillo que era utilizado de vivienda para un regimiento que custodiaba la fuente de agua dulce que tiene esta cala y, a la vez, se utilizaba como cárcel. 
Sigo por la carretera que va desde las Negras hacia Rodalquilar un pequeño tramos de asfalto que dejaremos cuando veamos el letrero de valle de Rodalquilar ( una denominación más rigurosa sería Caldera de Rodalquilar, ya que su fundamento geomorfológico no está en el río sino en el hecho de ser una caldera volcánica de hundimiento de dimensiones discretas (8 x 4 km). Dejando el asfalto me dirijo de frente a las minas de oro, las Minas de Oro, en la localidad de Rodalquilar (Níjar), surgen en pleno siglo XIX como consecuencia de la fiebre del oro que se vivía en aquellos momentos. Eran también conocidas por la explotación de otros metales como el alumbre y plomo, que aportaron mucha riqueza a la economía de la región en aquella época.
El mineral extraído en las galerías y canteras próximas (cuarzo acuífero) se llevaba hasta la tolva. Mediante cintas transportadoras era conducido hasta dos torres de trituración, donde el material, mezclado con agua, era molido hasta alcanzar un tamaño de grano fino. A continuación, la papilla resultante pasaba a los tanques espesadores donde perdía parte del agua. En la siguiente fase, la pulpa obtenida se hacía pasar por tres tanques agitadores donde se añadía cianuro sódico, para pasar el oro a estado líquido. La mezcla de cianuro y oro pasaba a cuatro tanques lavadores, donde se removía y aireaba para obtener la solución rica en oro. La pulpa estéril se enviaba a la escombrera. La solución que contenía el oro pasaba al edificio de precipitación donde se mezclaba con polvo de cinc y era sometida a diferentes tratamientos que culminaba con la obtención de oro fundido en lingotes. Durante la época de esplendor minero, la población de Rodalquilar llegó hasta los 1400 habitantes en 1960 y contó con servicios poco habituales en las poblaciones de la zona en aquella época, como escuelas, economato, cine, iglesia, club social, campo de fútbol, farmacia, etc. En 1966 la empresa Adaro, responsables entonces de las minas, cierra sus instalaciones debido a que la explotación anual de 200.000 tm de material aurífero deja exhausto al yacimiento en pocos años, produciéndose una rápida pérdida de población, llegando hasta los 75 habitantes en 1970.
Un descenso impactante en el censo que convirtió Rodalquilar en un poblado casi fantasma. Actualmente se pueden visitar las ruinas del poblado minero.
Los vestigios de este peculiar rincón de Níjar han llamado la atención de la industria cinematográfica. Algunas de las películas que se han rodado en Almería con escenas cerca de las inmediaciones de las minas son ‘¡Agáchate, maldito!’ (1971), ‘Los guerreros del sol’ (1986), ‘Indiana Jones y la última cruzada’ (1989), ‘El misterio de Wells’ (2003), ‘Zomerhitte’ (2008) y ‘Exodus: Gods and Kings’ (2014).
Voy cruzando entre pozos y ruinas de edificios abandonados y señalizados hasta llegar hasta las minas mas altas donde las grandes galerías impresionan por su magnitud, cruzo una de ellas desde su inicio hasta  hasta su final al otro extremo pasando bajo el cero del cinto, en este impresionante túnel se rodo una de las secuencias de ‘Indiana Jones y la última cruzada’ (1989), después de ver esto sigo subiendo para ver mas minas y empezar el descenso. 
 el descenso se hace rápido por pista hasta llegar a la parte alta donde se encuentran los decantadores y gran parte de la industria.
Paso junto a los decantadores y restos de estas instalaciones, sigo descendiendo hasta  llegar hasta el antiguo poblado que se encuentra vallado por estar en ruinas. Ahora me dirijo hacia el Faro de la Polacra y para ello voy siguiendo de nuevo el sendero Pirata.
Por asfalto de nuevo y en ascenso llego hasta la puerta  que impide el paso de vehículos , pasando por un lado y siguiendo los 2 km y medio hasta la puerta del faro. El ascenso no es muy inclinada y con las vista que va descubriendo cada curva casi no te enteras del ascenso.
El Faro la Polacra ( TORRE DEL CERRO DE LOS LOBOS En 1767 fue construida en el Cerro de los Lobos una atalaya de forma troncocónica para integrarse en el sistema de vigilancia de la costa. En el s. XIX fue traspasada al cuerpo de carabineros para su labor de vigilancia de la costa y posteriormente a la Guardia Civil.
En 1991 fue cedida al Ministerio de Obras Públicas, quién acometió su restauración para la colocación de un faro en su cima, así como elementos para comunicaciones, que unido al escudo situado sobre la entrada, rompe con la estética original de la torre.)
Allí también podremos encontrar el Vértice Geodésico Lobos ( a 265 m sobre el nivel del mar).  Las vistas a 360 grados desde los Escullos, el valle de Rodalquilar, El playazo y las Negras. Hay varios paneles en distintos puntos donde nos explica todo nuestro entorno. Empiezo el descenso disfrutando las vistas y pensando en las playas del playazo donde me dirijo ahora. 
Antes de llegar pasaremos por la Torre los Alumbres ( Conocida también como Castillo de la Ermita o Castillo de Rodalquilar, se construyó en 1509, por orden de Francisco de Vargas, para la defensa de la mina de alumbres de Rodalquilar, ante los numerosos ataques de piratas berberiscos. Junto con ella se construyó otra torre hecha de tapial, que desapareció en el siglo XVIII. Fue abandonada en 1555 y hacia 1590 fue convertida en la cárcel de Cabo de Gata, además de seguir apoyando la vigilancia de la costa ante las correrías de magrebíes y turcos. En 1755 se realizaron obras de reparación, pues la torre se encontraba en estado ruinoso. En 1768 fue abandonada de nuevo, debido a la distancia que la separaba de la costa (1 kilómetro) y la construcción del castillo de San Ramón. A mediados del siglo XIX sirvió como alojamiento para los torreros destinados en la vecina torre del Cerro del Lobo.
Después, por abandono y falta de conservación, ha llegado a nuestros días en el estado ruinoso que conocemos. La torre de los Alumbres es de planta cuadrada, de unos 14 m. de altura, rodeada de una pequeña muralla con torreones circulares o barbacanas en sus esquinas, de los que solo se conserva uno con bóveda de ladrillo, probablemente del siglo XVIII. Se sabe que el acceso se realizaba a través de un puente levadizo sobre un foso que rodeaba el recinto. Está hecha de cantería perfectamente labrada, unida con mortero. Tiene seis estancias abovedadas en tres niveles que se comunican por una escalera de caracol, parcialmente destruida; carece de portada; en el exterior destaca un arco ciego de herradura en la entrada principal de la torre, vanos en la parte superior que debieron estar protegidos por rejas y coronando el centro de cada fachada una o varias ménsulas que sugieren la existencia de matacanes para proteger puertas y ventanas) seguimos descendiendo hasta la playa donde poder disfrutar de los fósiles.
La playa por un lado está rodeada por montañas y por el otro está flanqueada por el Castillo de San Ramón, un antiguo bastión defensivo construido en el siglo XVIII, que forma parte de una batería de 4 cañones que defendían el litoral desde el Cerrico Romero hasta la Cala de San Pedro. Este castillo durante la guerra de independencia fue muy castigado.
El castillo está construido sobre una preciosa duna fosilizada que tiene unas vistas excelentes del playazo y de los acantilados de La Molata. Llego hasta la parte baja del castillo para volver  hasta donde sigue el sendero Pirata, este tramo no tiene tramo ciclable pero merece la pena hacerlo hasta llegar a cala Cuervo. Con paciencia y despacito pasamos este tramo de sendero volveremos a montarnos en la bici para terminar en las Negras donde salimos hace unas horas. La ruta es para disfrutarla y parar cada vez que sea necesario.
Aquí dejo mas fotos y el Track. 
 

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